Después de más de una década sin aumento del salario mínimo federal -y más de los treinta años sin aumento del salario mínimo de las propinas, el período más largo de la historia de Estados Unidos-, ahora no hay ningún lugar en Estados Unidos en el que un trabajador a tiempo completo que gane el salario mínimo federal pueda permitirse el alquiler, la comida y otros elementos esenciales.

Como resultado, millones de trabajadores de nuestra nación -incluidos muchos de nuestros célebres trabajadores esenciales- tienen empleos a tiempo completo pero siguen luchando por llegar a fin de mes. Uno de cada nueve trabajadores estadounidenses recibe un salario que le deja en la pobreza, incluso cuando trabaja a tiempo completo y durante todo el año.

La Ley de Aumento del Salario dará a millones de estadounidenses un aumento largamente esperado y sacará de la pobreza a los trabajadores con dificultades y a sus familias.